La barca de Caronte (José Benlliure) |
La resistencia al cambio es humana y como tal no es nueva en la historia. Recordemos a los ludistas que a comienzos del siglo XIX ya pusieron el grito en el cielo cuando la tecnología irrumpió en el orden económico y social de la época, de la mano de la revolución industrial. Seguramente el descubrimiento del fuego ocasionó un importante revuelo, aunque no ha quedado constancia de las trifulcas que pudiera ocasionar.
"La belleza de las humanidades" Cartas al Director, 18-09-2015 |
Es obvio que una economía cada vez más compleja requiere profesionales extremadamente cualificados pero también lo es que el abanico de disciplinas crece al ritmo de nuevas oportunidades y nuevas necesidades. Nacen algunas profesiones, se transforman profundamente otras, desaparecen algunas. Más allá del aspecto cuantitativo -más datos, más información- el problema es cualitativo: el conocimiento es holístico y por lo tanto, más rico cuanto más interdisciplinar sea. A más habilidades y destrezas adquiridas en la infancia y la juventud, mayor flexibilidad tiene un individuo para incorporarse al mercado de trabajo y desarrollarse socialmente.
Por otra parte, creatividad y compromiso, son dos de las cualidades más demandadas por las empresas en el reclutamiento de nuevos talentos. La creatividad (esencial, por ejemplo, en la resolución de problemas) se estimula con el bagaje de conocimientos y vivencias, mientras que el compromiso es básicamente emocional y ancla sus raíces en el esquema de valores del individuo. Bagaje de conocimientos y valores éticos que se adquieren en nuestros primeros años dentro de una transversalidad imprescindible en estas etapas formativas, al margen del ámbito profesional al que el niño dedique en el futuro el sudor de su frente.
Horizonte prometedor o desolador. El tiempo dirá. |
Los cambios en los planes de estudio de las últimas décadas quieren salir al paso de índices demoledores de fracaso escolar, la distancia entre el mundo académico y empresarial y la desazón de los propios estudiantes que confían escasamente en el sistema universitario para incorporarse al mercado laboral. Paulatinamente está siendo expulsada la cultura del aula, dando a entender que el problema está en el esfuerzo dedicado a estas disciplinas y no en metodologías no siempre acertadas y el propio contenido de los programas. Se demoniza la clase magistral basada en textos, apostando por estrategias de juego en el aula, interacción con el alumno y acceso al conocimiento a golpe de clic, sin poner foco en la adecuación de los programas y el dimensionamiento del profesorado y los recursos disponibles.
La innovación es necesaria y obviamente imprescindible la adquisición en la infancia de las destrezas y conocimientos requeridos por la sociedad digital. Ahora bien, la retirada tras bambalinas de materias como filosofía, literatura, música o historia es negar a generaciones de individuos el conocimiento de su pasado, de su cultura, de su lengua, es privarles de herramientas esenciales en la formación de un pensamiento crítico. Es ocultarles que la filosofía y la ciencia nacieron de la mano en los albores de nuestra civilización, dando la palabra voz al pensamiento en un camino sin retorno que separaba al hombre del resto del reino animal. Es negarles el derecho a sentirse orgullosos de lo que hicieron las generaciones que les precedieron y a aprender de sus errores.
Una de las primeras reflexiones sobre sociedad y tecnología. Vista previa |
“Tecnología humanizada” y “humanidades digitales” son dos caras de una misma moneda, un viaje que parte de distintos puertos para llegar a un punto de encuentro necesario para no caer a la sombra de una nueva Torre de Babel donde el hombre sea capaz de emular la inteligencia humana, pero no de conducir con inteligencia su propia evolución.
En la formación de los ciudadanos la tecnología abre nuevas perspectivas, no solo por la democratización del acceso a la información, sino por la posibilidad de utilizar metodologías de enseñanza más estimulantes para el alumno que faciliten la interacción con el dato para generar conocimiento. Al tiempo, las habilidades tecnológicas son materia ineludible en su formación, incluso para aquellos se dediquen a disciplinas eminentemente humanísticas. Ejemplos como el tan elogiado sistema educativo finlandés hacen patente la rentabilidad de poner foco en lo que realmente importa.
Caronte tendría grandes problemas en reconocer las coordenadas del inframundo en ese camino en el que nos sitúan quienes insiten en la dicotomía entre hombre y máquina. Los periodos de cambio siempre son de intenso oleaje. La Laguna Estigia muestra su horizonte desdibujado entre el hombre que olvida que es precisamente su pensamiento el arma que le separa del resto de las criaturas, y el que se niega a embarcar en nuevas formas de entender la realidad, anclado en un pasado que no volverá.
El paso de la Laguna Estigia ( J. Patinir) |
Si esto sigue así, el problema no va a ser que nadie sepa quién era Caronte o qué era la Laguna Estigia… sino que ni siquiera vamos a tener quien alimente esta entrada en la Wikipedia. Como decía Claude Bernard “Quien no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra”.