viernes, 2 de abril de 2021

Historias de vida: el "arte" de entrevistar a un familiar

 

Vivimos inmersos en una distopía que nos recuerda cuán efímera es nuestra existencia. Por ello, si en vuestras tareas pendientes se encuentra la de completar relatos familiares deslavazados, no hay mejor ocasión de aprovechar cualquier oportunidad de contacto físico o virtual para acompañar a vuestros mayores por el viaje a sus recuerdos. 


Ya sea por terapia o afición lo cierto es que las investigaciones de historia familiar han experimentado un importante auge en los últimos años. En muchos casos el disparo de salida lo marca la pérdida de un ser querido, cuya ausencia nos hace conscientes de tantas preguntas que no hicimos y quedarán sin respuesta. Igual que un trapecista que antes de caer al vacío detecta fisuras en su red de protección, el proceso de duelo desata en algunas personas la necesidad de encajar las piezas de relatos familiares inconexos para aferrarse al consuelo de formar parte de una historia escrita generación tras generación.

Por otro lado, llegando a cierta edad, la evocación de recuerdos del pasado ofrece consuelo ante una realidad mucho menos amable, amenazada por el fantasma de la soledad y la ausencia de los seres queridos. Contar con la compañía de un familiar interesado en sus vivencias no solo es terapéutico, sino revelador para ambas partes. Parafraseando a Ortega, son las circunstancias quienes conforman a una persona y estas se tejen de experiencias y percepciones de una realidad que solo puede comprenderse si nos calzamos sus zapatos. La única fuente de información con la que contamos para ello es su propio  testimonio personal. Pero, además, este camino no sólo nos permite descubrir claves de una biografía ajena, sino también verificar ese esquema de certezas que forjamos en la niñez y que nos acompaña, por aceptación o rechazo, a lo largo de nuestra vida.


Nada puede sustituir una larga conversación con ese familiar que, además de dar luz sobre las anécdotas que configuran el imaginario familiar, se sentirá reconocido por el interés que demostráis en sus vivencias. Si os animáis a ello, os recomiendo seguir un cierto método para que la experiencia sea fructífera para ambas partes. Y como suele ocurrir, en este caso, la empresa que vais a abordar deberíais plantearla en distintas fases: 

1. PREPARACIÓN DEL ENCUENTRO

No se trata solo de concertar una cita, sino de elaborar un guion que os oriente a la hora de enfocar la conversación. El primer paso es poner en orden los datos de que disponéis para lo que es muy recomendable revisar el archivo familiar. Es el momento de fijarnos en la dedicatoria de aquella fotografía que habéis visto tantas veces o en el nombre de la persona que envió esa postal que tanto os gustaba cuando rebuscabais de niños en la caja de latón donde habitualmente las madres guardaban este tipo de objetos. También ha llegado la hora de releer viejas cartas o revisar recordatorios de bautizo, comunión, boda o funeral, tan útiles para todo aficionado a la historia familiar. No dejéis de revisar partidas de bautismo o actas de matrimonio y contrastad fechas y lugares con los datos de que disponéis. No descartéis que el repaso a este tipo de documentos incorpore nuevas dudas a las que ya teníais.   


2. EL MOMENTO DE LA ENTREVISTA

El éxito dependerá de la capacidad para conectar con los recuerdos de vuestro familiar. Como no es una conversación improvisada, en los primeros minutos es posible que os sorprenda la necesidad de romper el hielo, por muy estrecha que sea vuestra relación. Por ello, en el inicio de la entrevista es aconsejable utilizar fotografías o hacer uso de esos documentos del archivo familiar que habéis recopilado. Esta práctica os facilitará comenzar a plantear las dudas que os inquietan.


Recomendaciones a tener en cuenta para la entrevista.

Nuestro objetivo es ayudarle a escarbar en su memoria, recreando momentos del pasado. No nos interesa sólo lo que nos cuenta, sino cómo lo hace. Debemos respetar sus silencios y fijarnos muy bien en gestos y entonación para captar las señales de un lenguaje no verbal que a veces es mucho más elocuente que el propio relato. Para que la conversación fluya, sobra decir lo importante que es elegir un momento y lugar oportuno, contar con tiempo suficiente para que la conversación se prolongue y no desesperarnos por anécdotas que nos alejen de ese guion de preguntas que tenemos en mente. No se trata de plantear un cuestionario, sino de encauzar el diálogo sin perder la pista de nuevos datos que, sin duda, surgirán. Seguramente vuestro familiar, especialmente si es una persona mayor, confundirá alguna fecha. No os debe importar (ni conviene corregirle) porque esta es una información que probablemente podréis contrastar con otra fuente. Por otro lado, tened en cuenta que la memoria y los recuerdos son un material muy delicado que entrelaza experiencias gratas con otras muy dolorosas. Por eso no debemos opinar, ni mucho menos juzgar y no es raro que, si estáis atentos, descubráis retazos de una persona distinta a la que creíais conocer. 


Recopilación de "peores prácticas".


Es útil grabar la conversación, pero hay que tener la precaución de hacerlo con mucha delicadeza para no violentar a la persona entrevistada. Al ser menos intrusivo, se recomienda utilizar un teléfono móvil o una grabadora, ya que resulta fácil olvidarse de ese artilugio intruso en un momento que, si conducimos bien la charla, puede ser muy íntimo. Sin embargo, si no renunciáis al recuerdo impagable de su imagen en vídeo, procurad colocar el dispositivo enfocando de forma discreta o encargar la grabación a una tercera persona. En cualquiera de las opciones conviene comprobar previamente el equipo de grabación. Parece obvio, pero no seríais los primeros en echaros las manos a la cabeza al comprobar que no se ha grabado nada y tampoco habéis tomado notas.


3. NUESTRO ARCHIVO SONORO

Si sois unos investigadores rigurosos seguramente dispongáis de una base de datos o cualquier otra herramienta que os permita clasificar y archivar vuestros materiales. En el caso de las entrevistas, además de registrar la persona entrevistada y el lugar y fecha en que tuvo lugar la conversación, es aconsejable realizar un mínimo análisis de la grabación para volver a ella en el futuro cuando vuestras indagaciones avancen.

Podéis limitaros a recoger el minutaje de los temas tratados o personas mencionadas, o bien realizar la transcripción completa de la conversación. Esta es una tarea tediosa, pero muy útil si son varias las entrevistas que vais a realizar y necesitáis cotejar distintos testimonios. 


Normas de transcripción ortográfica.



En la siguiente infografía encontraréis los pasos a seguir con alguna recomendación que espero que os resulte útil:

Genealogía para "dummies" (II)


Si os animáis, no dejéis de compartir vuestra experiencia. Este artículo es un tributo a la aventura que yo misma emprendí hace años, en la que me acompañaron familiares directos y otros que conocí en el trayecto. Una historia que prometo contaros en breve, por si os ayuda a embarcaros en un proyecto similar para combatir el monstruo del olvido y el desarraigo. No deja de ser una forma como otra cualquiera de afrontar estos tiempos de incertidumbre vital.

Fotografías: Pexels
Infografías: elaboración propia.